Wednesday, May 04, 2005

Anti feminista o un tanto misogina?

Ayer, haciendo un gran esfuerzo me lance al puente Libre (Puente que divide mi ciudad con EUA).  Mi novio (que vive en EUA) necesitaba un traje, como buena novia lo conseguí y se lo fui a llevar.  Después de contarnos atropelladamente nuestro día de carro a carro, el lado vengativo de mi novio se hizo evidente con un comentario que me hizo ir pensando todo el camino de regreso a casa, después de brincar un bordo a 80 km por hora, fui iluminada, toda mi corta existencia ha estado plagada de mejores amigos, no mejores amigas, esas no, esas no me sentaban bien, no eran chidas. 


Después de ir pensando en nuestra platica, en el comentario de mi novio y en mi vida, me di cuenta que mi niñez estuvo plagada de correteos a chapulines o cualquier bichillo repugnante para las pequeñas féminas, de los trancazos por que me decían marimacho o por que alguien ofendía a mi amigo Daniel (fue mi mejor amigo a los 8 años, un niño escuálido, que iba a mi casa por las tardes para incitarme a la vagancia solamente).  La verdad en esa época odiaba a las niñas flemáticas que llegaban presumiendo su lonchera de "la sirenita", la muñeca nueva o cualquier otro artefacto referente a princesas, barbies o cosillas así. 


Hoy aun no comprendo por que todas tienen que vestirse juntas para irse de fiesta o por que se ponen de acuerdo para vestirse igual, las veo con asombro caminar por toda la universidad con sus tacones de aguja (a mi, los tacones me ponen de mal humor), no entiendo la perdida de tiempo frente al espejo, ni como pueden leerse en menos de una hora, revistas estilo cosmopolitan, vanidades, etc. y que no puedan zamparse ni media pagina de algún libro de mas contenido.  A mi parecer, ser hombre es chido, pueden mear donde sea, no van todos juntos a contarse sus desventuras amorosas al baño, nadie trata de ligarlos con comentarios pendejos y sonrisas galantes, no los joden con el “ya te quedaste para vestir santo” o al menos no tanto, no tienen que parir y tampoco tienen problemas de reputación, menstruación o cambios hormonales, sus aventuras amorosas, sexuales o de cualquier tipo con el sexo opuesto se vuelven triunfos y no dedos que juzgan por solo tener una moral un tanto relajada.


En fin, no se si soy antifeminista, un tanto misógina o solo una pendeja lloriqueando por ser mujer.