Cuando termina el día uno puede respirar sin necesidad de pretender, desgreñarse y rascarse la cabeza con devoción, cuando termina puedes dejar de preocuparte y respirar tranquilamente, puedes como yo ayer tirarte con tu mejor amigo a ver las estrellas y pensar que una estrella fugaz es un avión y después un OVNI y al darte cuenta que en realidad si es una estrella fugaz, pedir un deseo, ayer pedimos un deseo y nos tomamos de las manos, mientras reíamos.
Cuando el día termina uno puede sentarse a contemplar y a escucharse a uno mismo, ayer nos sentamos cada una en un columpio y recordamos nuestra infancia, nuestra felicidad y esa forma de volar al cerrar los ojos y sentir el aire en la cara, los brazos y los pies también, por que en realidad no hay nada mejor que terminar el día y recordar que la vida es tan simple y que no se necesita mas que cerrar los ojos, pensar en la inocencia que muchos ya perdimos, en la poca necesidad de pertenencia, desgraciadamente desde que vamos creciendo nos van enseñando a depender de nuestros juguetes, para después tener una dependencia material, a nuestra pareja, amigos, hermanos (si se tienen), a nuestros padres y a veces hasta a nuestros jefes laborales, eso hace que el final del día sea especial, nada nos pertenece mas que nosotros mismos y la manera en la que vamos recorriendo el mundo, en la sutileza de ir andando y reconociendo nuestra individualidad, de ir desarmando nuestros sueños mientras nos adentramos en la inconsciencia.
Ayer que me pare y vi la luna, me di cuenta que el amor podrá llegar mil veces y que nunca me han roto el corazón, que en realidad la que se traiciona y se lastima soy yo solita al entregar mi felicidad y mi amor a alguien mas que no soy yo, que el amor y felicidad radican en mi, que la mejor forma de amar es mantenernos como individuos en una colectividad y no en una amalgama donde todo se revuelve, por que cuando termina, pedazos de ti quedarían ahí perdidos, que deberíamos dejar de preocuparnos por nuestra imagen moral y en lugar de eso deberíamos de saber que a este mundo solo venimos a hacernos felices y no a dar felicidad a los demás a través de nuestro comportamiento bueno o malo, ¿por que en realidad en donde esta la diferencia?, ayer fui tan feliz que llegue y me acurruque en las piernas de mi madre y le recordé cuando me dejaba horas y horas en los columpios por que yo no quería estar en ningún lugar que no fuera ahí o en los brazos de mi abuelo oyendo todas sus historias, que en lugar de trabajar deberíamos dedicarnos a la contemplación por que de ahí nace la música, la filosofía, las artes, las letras y toda aquella manifestación nacida del corazón y no de la necesidad de sobrevivencia, en fin, como no puedo cambiar el mundo, seguiré festejando cada final del día, tal vez en algún columpio, tal vez con un pincel en la mano, tal vez en los brazos de algún amante, pero siempre con la certeza de que ese es mi momento de paz en el día.
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