Ayer comenzó mi viaje, mucha gente me dijo que viviría experiencias un tanto surreales, pensé que eran mas exageraciones que verdad, pero apenas subí al avión y a los 30 minutos ya vivía historias extrañas. Habían pasado unos 40 minutos del despegue cuando sentí unas ganas inmensas de hacer pipi, tarde en decidirme unos 5 minutos después me levante y camine con la cara y el cuerpo erguido hacia el baño, la puerta decía “vacancy” asi que empuje, por una rendija vi a una señora bastante mayor pintandose la boca, cerré la puerta y espere otros 5 minutos, me impaciente, pero claro, si yo iba al D.F. yo tenia que ir con un carácter diferente al habitual, trate de comportarme así que espere, de repente una mujer con muchas arrugas abrió la puerta, ok., era normal, una mujer mucho mayor salio, pero nunca espere una mujer mayor con los pantalones en el piso, yo me quede un poco impávida, pero lo tome con filosofía.
Dos horas después visite la colonia Doctores, todos en mi ciudad fronteriza que ya han visitado esta ciudad por mas tiempo que una turisteada me dijeron no!, no visitar la colonia doctores, ni la buenos aires, ni, ni, ni... por que asaltan! y yo que fui de noche y que no, pero dicen que si es un poco peligroso... Antes de llegar vimos un edificio que esta construido con muchos estilos que se llama posada del sol, es algo así como un Gaudi un tanto bajo de presupuesto, bueno, de altura a comparación de la catedral de Barcelona, bueno y también menos majestuoso, pero bien chido al fin. Cuenta la historia que el arquitecto que lo hizo fue haciendo cada parte del edificio con diferentes acreedores, tantos que hubo un momento en el que se fue a la bancarrota y las deudas lo estaban ahorcando, aparte su mujer, persona del mal corazón jojo, le ponía los cuernos con quien sabe quien, el wey se colgó, sin antes como buena película de suspenso, lanzar una maldición que ha mantenido el edificio deshabitado a lo largo de su existencia, ahora es solo un bodegón de hacienda, pero a los de hacienda hasta las maldiciones y los fantasmas malvados les hacen los mandados.
En mi primer día conocí gente bien chida, mi anfitrión me ha tratado de lujo, mucho mejor que mi amigo de haya, al que vengo cargadole papitas y carta, en mi primer día conseguí galería y unas postales publicitarias, vi a una señora en una casita sentada muy ataviada con una capa roja que vendía miles de lamparas antiguas, después me emborrache y mal tripie, pero ya he sido redimida.
Hoy, segundo día, fui al a la Merced y de ahí al Mercado de Sonora, si, ese en el que venden todo para sus brujerías, de repente, la Santa Muerte aparecio por todos lados, con cualquier tipo de afiche ya sean cuchillos, pentágonos, arroz, etc. también hay siete machos y mucho copal, sin contar el centenar de hierbas para el mal al cual usted requiera alivio, ya sea físico o del corazón, económico o social (es extraño, el lugar esta lleno de santeros que se identifican por los collares que cargan).
Fui al Centro de la Imagen y en la plaza la gente bailaba salsa, en la frontera no pasan esas cosas, la gente dejo de ser festiva hace tanto, camine por la alameda y vi que en cada edificio de tres había un museo o una galería, es extraño venir de una ciudad donde la gente ha olvidado eso de caminar por las calles y observar, y no, no es que no me guste mi ciudad, al contrario, ahora la aprecio un poco mas y me doy cuenta de lo masivo de los hechos que ocurren haya, de lo decadente que se ha vuelto, de lo triste que se puede volver una ciudad invadida por la violencia. En el norte la gente suele ser reacia y fuerte de carácter, tal vez la aridez del clima y la geografía nos vuelve directos y francos, aquí la gente te da por tu lado y aunque te echen el carro encima, nadie quiere mas pedos con nadie, salvo los empujones en la calle.
Hoy vi un amigo al que hace tanto que no veía, en la borrachera dijo que era extraño pensar todas las circunstancias posibles en las que puedes estar con una persona, pero que realmente nunca proyectamos las circunstancias reales en las que en un futuro nos podemos encontrar y es que si, con el yo pude imaginar mil circunstancias, pero jamas el estar en el metro pisteando y analizando a cada persona que se paraba enfrente, tampoco, jamas analice que estaría en la casa de la persona a la que hace tres o cuatro años llegue y le jale la camisa para darle mi portafolio, yo apenas era una mocosa que jugaba a hacerla de artista, ahora, estoy en su casa y lo tengo frente a mi trabajando en su computadora, a las tres de la mañana y consiguiendome exposiciones, algo así como un manager, pero cuidada como si fuera una joyita que fuera a quebrarse al primer golpe.
Mi recibimiento aquí ha sido de lo mejor, la gente se ha portado cálida y amable y todo lo que no había logrado en mi ciudad en los últimos años lo he logrado en esta ciudad en menos de dos días de estancia. Pa’ mi que ya me quedo aquí...
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