Wednesday, January 24, 2007

Caracolas

Tengo horas sintiendo un frió espantoso en los pies y parte de las piernas, sin embargo me moví hasta que salí del sopor y los sueños.  ¿Sabes? Hace tiempo que vengo pensando en regalarte caracolas, a mi las caracolas siempre me hacen soñar, antes solía tener una enorme que de vez en vez cuando me embargaba la tristeza la ponía sobre mi oído, me hacia sentir como si estuviera en una playa de arena muy roja y mar muy azul, extrañamente nunca pienso que clima hay en mis sueños pero ahora mientras divagaba tuve ese recuerdo y el mar era muy helado. 


Quisiera tener muchas caracolas para ponerlas sobre mis oídos, cubrirme de ellas, así podría dejar de ir por la vida lastimándote y lastimándome y lastimándonos.  Cuando dijiste que lo que escribía era horrendo, quise escribirte las cosas mas bonitas, las mas adornadas, las mas rimbombantes, las mas ilógicamente románticas para demostrarte que también escribo cosas hermosas pero deje de ser una mentirosa hace tiempo y esos hábitos no es bueno recordarlos, aparte creo que las caracolas podrían decirte cosas mas felices sin palabra alguna.  


El sonido de las olas rebotando en una playa gélida y un atardecer en plena primavera no necesitan demasiada fonética articulada, tal vez solo un poco de esfuerzo de nuestro amigo el imaginal, aparte uno puede acompañarse en los sueños del ser de preferencia, al que mas se quiere, al que mas se desea, al que mas se ama.  Por lo general en los sueños puedes controlar las lagrimas, las risas y puedes ser todo lo feliz que se quiera ser, tal vez las caracolas te harían mucho mas feliz de lo que yo puedo hacerte y seria un regalo que yo te daría desde lo mas profundo de mi corazón y si tu lo deseas podría ir de tu mano en los sueños que estas te provocaran. 


Si en estos momentos yo tuviera cerca una caracola le pediría que me llenara de sueños donde estuviera rodeada de orquídeas púrpuras en un bosque verde observando el espectáculo de seres álgidamente largos y delgados que bailan al ritmo de the knife, vestidos con medias de rombos y corsets ajustados, seres que poco a poco me revelarían los secretos de un mundo inexistente en el oído mientras danzas con sus cuerpos torpes y ligeros, tan ligeros como las flores de orquídeas.  Seguro estarías conmigo, me reiría de tu cara y tus ojos asombrados al ver a mis súbditos y te daría muchos besos que alternaría con los secretos recién confesados… 


Por desgracia es el defecto que tenemos los soñadores y nuestros regalos mas preciados no son tangibles, ni palpables, solo se pueden escribir o dibujar, así que me quedare con las ganas de regalarte caracolas que te provoquen felicidad, a menos que quieras acompañarme alguna vez por el mundo de los sueños…

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